domingo, 9 de febrero de 2014

Máquinas del tiempo

La imaginación de escritores y cineastas no tiene límite. Prueba de ello es la cantidad de artilugios que se han sacado de la manga para dar saltos temporales, bien cómodamente sentados a los mandos de un vehículo, bien de pie, encerrados en cápsulas de toda forma y color. Hay también otras posibilidades como la concentración -ayudada o no de sustancias cuánticobiológicas- o  los agujeros de gusano, pero hoy trataremos el clásico entre los clásicos: la máquina del tiempo.

La máquina del tiempo
Empecemos por H.G Wells. Aunque la suya es la máquina del tiempo por excelencia, lo es por que es el intsrumento clave de la trama de la primera novela moderna de viajes en el tiempo y porque cuando hablamos de ella siempre nos viene a la memoria la imagen de la primera película, de tres, que la adaptaba: "The Time Machine", en España, "El tiempo es sus manos", dirigida en 1960 por George. Sin embargo, en su libro, Wells apenas da detalles de la misma y solo podemos atisbar, por algún comentario que otro que tiene piezas de metal, marfil o cristal de roca. Tampoco deja muy claro el mecanismo por el cual funciona, claro está que, en 1895, cuando se publicó la novela, los relojes digitales eran aun más ciencia ficción que los propios viajes en el tiempo

HG Wells Máquina del Tiempo
Rod Taylor en la primera adaptación al cine de "The Time Machine"


El DeLorean, ¿qué si no? 
'Doc, ¿me estás diciendo que has construido una máquina del tiempo... con un DeLorean?' Emmett Brown no tenía dudas, si ibas a viajar año va año viene, había que hacerlo con clase. El elegido fue un DeLorean DMC12 con puertas tipo alas de gaviota. Ya era una 'pieza rara' allá por los setenta, cuando se diseñó, pero con el condensador de fluzo ya se hizo único. También ha sido el coche más tuneado de la historia del cine, pudiendo pasar del asfalto a las nubes, ya que en 2015 no necesitaba carreteras, o deslizarse por las vías de un tren del siglo XIX. Se adaptó para extraer energía del plutonio e incluso de la basura (gracias al procesador Mr. Fusión). Y qué decir del panel de control temporal... yo ahora llevo uno en mi iPhone y fardo como si me hubieran regalado los Reyes un reloj calculadora Casio. Habrá un post exclusivo para nuestro DeLorean, pero hasta entonces os dejo con su último paso por el taller que contaron mis compañeros de ABC en 2012

El DeLorean de Regreso al Futuro II, la mejor foto, con Einstein saludando

Looper, sin pretensiones
En ésta no hay donde sentarse, pero sigue claramente la estela de los dos referentes anteriores, con una salvedad: viene del fututro, del 2044 exactamente. La primera vez que la vi me dejó algo descolocada, si se fabricó casi tres décadas en adelante, ¿no podía haber incorporado tecnología algo más futurista? Supongo que la idea era que nos identificaramos de alguna forma con ella y, para despejar cualquier duda, la llenaron de cables y la dieron forma de huevo. De hecho, hay quien habla de una metáfora en este sentido. Ya sabéis, la ecolsión a un mundo nuevo, nacer, morir... El caso es que la película está francamente bien pero el aparato ni fu ni fa... y eso que lo utilizaron como imagen de referencia -llena de lingotes de oro- para el cartel de la película. No lo entiendo, tendré que esperar unos cuantos años.
El huevo del tiempo de Looper (Rian Johnson, 2012)

La llamada al infierno de Bill & Ted 
En el imaginario de los viajes en el tiempo y sus vehículos existen marcianadas de todo tipo. Eso sí, nunca coincidirán. Cuando la máquina es un auténtico chiste (ya veréis más adelante) el argumento intenta ir en serio y, a la inversa. Este último es el caso de "Las alucinantes aventuras de Bill & Ted" que utiliza una cabina de teléfono para hacer viajar a los protagonistas, ya no sólo en el tiempo o a otra dimensión sino al cielo y al infierno. Y he ahí la locura, junto con los personajes: dos desfasados de finales de los ochenta que, en un futuro, se convertirán en los gurús de un mundo en el que reina la armonía. Luego, como en Terminator, unos robots hechos a su imagen y semejanza viajarán desde entonces al presente para asesinarles... algo que consiguen. De ahí que terminen jugando a las damas con la muerte. Cuando la pedí en el videoclub del barrio -la primera vez, la alquilé en VHS-  me miraron mal. Por cierto, hay segunda parte y se prepara una tercera.. veinticinco años después. Si no os lo creéis...

"Las alucinantes aventuras de Bill&Ted" (Stephen Herek, 1989)

Son todas las que están pero no estás todas las que son. Nos faltan variantes de las anteriores y una buena lista de desmadres que dejaremos para otro post no tan serio...

To be coninued...




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