miércoles, 19 de noviembre de 2014

Deja vu: en vez de dos, ponga tres (o más)

Qué distinto es ver una película sobre viajes en el tiempo como afición a hacerlo con ojos críticos para este blog. Creedme. Deja vu (2006) me dejó más fría la primera vez que la vi por eso, porque al margen de los fallos de argumento no entendí el mensaje oculto que subyacía, cosa que si hice cuando la revisé el domingo en Cuatro. Aunque lo mismo no existe tal subtexto y soy yo que me estoy volviendo algo cronoparanoica.

Os pondré en antecedentes para los (pocos) que no la conozcáis. Denzel Washington, alias teniente Douglas Carlin, es un artificiero forense de Nueva Orleans que acude al lugar donde un ferry ha saltado por los aires a fin de descubrir el cómo y el quién de la sangría. Una vez allí, el FBI, liderado por Val Kilmer, le ficha para que les asesore en la investigación para la que van a utilizar una "nueva tecnología" denominada Blancanieves. Ésta, en un principio se nos vende como un complejo sistema de visualización triangulada de imágenes producidas hace cuatro días y medio, cuando en realidad, y como Tony Scott nos desvelará más adelante, es un agujero de gusano que permite no sólo ver, sino mandar mensajes e incluso viajar al pasado.

La subtrama, cómo no, es de amor. Nuestro querido Denzel Washington, alias Denzel Washington, comienza a tirar del hilo de lo que ha podido pasar investigando el pasado de una de las víctimas mortales. Su fallecimiento resulta ser previo al accidente y su pasado se convierte en el centro de la investigación. Qué hace, con quién se relaciona... Y sorpresa; poco a poco empezamos a descubrir pequeños detalles que no cuadran: un mensaje de advertencia en el congelador, una llamada al móvil del teniente y unas vendas ensangrentadas.

Val Kilmer controla el agujero de gusano "Blancanieves" 
Según avanza la trama vivimos en dos tiempos la misma historia y nos movemos hacia adelante y hacia atrás hasta presenciar el verdadero viaje en el tiempo de Washington, que corrobora -oh, qué original- que es él el que deja el texto en el frigorífico, el que se llama así mismo desde la casa de la víctima y el herido que deja rastros en la papelera de su baño... O lo que es lo mismo, cuando viaja comprueba que lo que había visto antes indicaba que ya había estado allí y, salvo una frase que enuncia en un momento de lucidez -nada está cambiando-, te das cuenta de que solo estas viendo una parte del mismo círculo que se repite una y otra vez.

Así las cosas, nos damos cuenta de que la película no es un deja vu, es un auténtico bucle. Si nos atenemos al argumento que os acabo de contar el atentado se produce pese al viaje en el tiempo ya que el protagonista está presente en ambos tiempos desde el principio de la película y no puede evitarlo... solo que el director nos lo cuenta 'a mitad' del mismo y no lo descubrimos hasta el final.Todo se repetiría ad infinitum a no ser que...

A no ser qué en uno de los viajes haga algo diferente la masacre está condenada a repetirse. Y, como al final de la película, obviamente, se salvan todos ha tenido que pasar distinto que no hemos podido ver, ha tenido que haber tres Denzel Washington y morir dos, aunque en este caso solo muera uno (el viajero original). Perdón, spoiler.

Obviamente, os he hecho un súper resumen y la película original está trufada de detalles por los que merece la pena verla más desde un punto de vista condescendiente que crítico. Si lo haces a partir de este último punto llegarás a la misma conclusión que yo. Y si no, lo dicho, me he vuelto una auténtica cronoparanoica. 

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